Luz, Cámara, Acción...
Abrimos los ojos, salimos de la cama y nos dirigimos al baño. Tomamos el desayuno y partimos rumbo al trabajo, nos cruzamos con personas con paso firme y apurado, gente paseando el perro, y algunos haciendo footing. Llegando al trabajo somos testigos de una pelea callejera, y al mismo tiempo que nos suena el celular un compañero de trabajo nos informa que la propuesta presentada la semana pasada tuvo buena repercusión. Cuando entramos en la oficina nos enteramos que tres personas estarán ausentes, lo que demorará considerablemente el trabajo del día. Luego, recibimos un llamado de nuestra mujer para hacernos recordar la reunión en el colegio a las 18hs, y nos pide: “Por favor no llegues tarde…”. Inmediatamente después nos avisan que en media hora hay que tener listos los informes y la propuesta para los nuevos clientes extranjeros que salen para Ezeiza en una hora. Mientras tanto, nos llama una amiga con la noticia de que ha nacido su primera hija (¡Bienvenida Milagros!).
Cada día que pasa, nuestro sistema nervioso esta expuesto a una gran cantidad de estímulos y situaciones; a las cuales tenemos que enfrentar solo en cuestión de minutos. Tomar decisiones de diferente índole e importancia.
Todo esto requiere un continuo estado de alerta, velocidad, claridad y un gran caudal de energía interna, para poner a nuestra mente a la altura de las circunstancias. Las situaciones de la realidad van a 200km x/h pero nosotros debemos entrenar nuestra percepción para verlas en cámara lenta como si estuvieran pasando a 20km x/h, Bullet time, siguiendo el vocabulario cinematográfico. Necesitamos relajarnos dentro del esfuerzo, lo que requiere autoconfianza, entrenamiento, autocontrol, y disciplina. Un sistema nervioso libre de tensiones para poder funcionar a altas velocidades.
Nuestra mente requiere para ello enfrentar y manejar los miedos, la presión, investigar / educar las emociones y la calidad de nuestros pensamientos. Educarse para abarcar con el pensamiento la totalidad, el infinito como dicen poéticamente en Yoga o pensar en grande como dicen los empresarios.
Como resultado, seremos flexibles, dinámicos, pacientes, constantes, y por sobre todo, estaremos enfocados en nuestros objetivos y metas. A medida que avanzamos nuestro sistema nervioso advierte una revolución en su proceso de crecimiento. La reacción frente a las nuevas situaciones y la asimilación de las nuevas habilidades pueden producir ciertos desequilibrios en nuestro cuerpo como, problemas digestivos, perdida de la visión, dolores de espalda, entre otros. Anticipándose a estas reacciones, el entrenamiento fomenta una rápida asimilación y armonía general para ajustarnos a los nuevos cambios.
Diego Cano
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